A nivel global, 736 millones de mujeres -casi una de cada tres- han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida. La violencia contra mujeres y niñas sigue relativamente silenciada por un sistema que facilita la impunidad de los perpetradores, la estigmatización social y la vergüenza que sufren las víctimas, nos lo recuerda Naciones Unidas.
En forma general, la violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica e incluye:
- violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio);
- violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético);
- trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual);
- mutilación genital, y
- matrimonio infantil.
La violencia contra mujeres y niñas sigue relativamente silenciada por un sistema que facilita la impunidad de los perpetradores, la estigmatización social y la vergüenza que sufren las víctimas
Para mayor clarificación, la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
Los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa de sus vidas.
La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. La promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.
La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas.
En Perú, entre los meses de enero a septiembre del 2023, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), a través de los 430 Centros de Emergencia Mujer (CEM), atendió un total de 125959 casos de violencia, de los cuales 107720 (85.20%) fueron hechos de violencia perpetrados hacia mujeres y 18239 (14.48%) fueron hechos de violencia realizados hacia hombres. Además, se han reportado 111 feminicidios de enero a octubre de 2023 (MIMP,2023).
Por otro lado, las mujeres y niñas refugiadas y migrantes que se encuentran en el Perú no están al margen de la “violencia de género”, ya que en muchos casos tener la condición de refugiada y migrante acentúa el riesgo de ser víctimas de algún tipo de violencia basada en género.
El estudio realizado en el 2021 por CAPS, con el apoyo de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF, por sus siglas en inglés), sobre 342 personas encuestadas (90% venezolanas y 10% peruanas), identificó situaciones de vulnerabilidad y necesidades psicosociales de mujeres y adolescentes a consecuencia de la violencia basada en género. La encuesta mostró que la percepción sobre las situaciones de violencia más frecuentes que enfrentan las mujeres obtiene los siguientes porcentajes: violencia psicológica (16.9% de los encuestados), xenofobia (12.3%), violencia física (12%) y discriminación (11.5%).
Desde CAPS queremos reflexionar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres. Es importante reconocer las señales de alerta para así poder acompañar y ver qué hacer para prevenir el alto riesgo de ser víctimas de algún tipo de violencia basada en género en el país. ¡Ni golpes que duelan ni palabras que hieran!
CAPS. Foto: Andina. 25 de noviembre de 2023.