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A propósito de las escuelas de Condorcanqui – Amazonas

Morgan Quero, disque ministro de Educación hizo una declaración acerca de las graves y numerosas denuncias de agresiones sexuales contra las niñas awajún y wampis, llamando a este delito “práctica cultural que lamentablemente ocurre en los pueblos amazónicos”.

Es indignante que un representante del Estado y especialmente del sector dedicado a la educación, cuidado y protección de nuestras infancias, no haya siguiera pasado por la mínima preparación para entender, conocer y diferenciar lo que es un delito de una práctica cultural. Pensamos que pueden ser serios problemas de comprensión o carencia de habilidades intelectuales, las que tienen los funcionarios del Estado, por lo que antes de tomar el cargo deberían pasar por rigurosos procesos de selección.

Pero no solo es el intelecto, se requiere abordar y entender de manera responsable y empática qué pasa con los niños a su cargo cuando son violentados sexualmente, qué efectos tiene la violencia en la salud emocional donde el suicidio es una de sus expresiones, donde se trastocan las relaciones comunitarias, donde se alteran los proyectos de vida de niñas madres y cuando los cuerpos son contagiados por enfermedades de trasmisión sexual. Cuando se pierde la humanidad en el quehacer e irresponsablemente se emiten juicios dejando de lado al “otro” como sujeto, solo va quedando un Estado que desprecia y está de espaldas del ciudadano, como en muchas otras actuaciones de este gobierno.

Cuando se pierde la humanidad en el quehacer e irresponsablemente se emiten juicios dejando de lado al “otro” como sujeto, solo va quedando un Estado que desprecia y está de espaldas del ciudadano, como en muchas otras actuaciones de este gobierno.

Estos temas ya fueron investigados antes, y el ministro Quero debió informarse al respecto, esa sería una gestión responsable de un funcionario que recibe emolumentos de los ciudadanos.

En el año 2019 fue aprobado en Comisión Investigadora el Informe Final de la Comisión Investigadora de Abusos Sexuales contra Menores en Organizaciones, que presidió Alberto de Belaunde y seis congresistas de diferentes bancadas y que no llegó al pleno. Uno de los casos emblemáticos fue el de las Escuelas de Amazonas – Condorcanqui, ahí se recoge toda la información previa de los casos que se conocieron desde el 2005. El informe señala los antecedentes sobre investigaciones que se hicieron desde las entidades del Estado – el mismo Ministerio de Educación con la publicación “Desentrañando la madeja de la Impunidad” (2017) el Informe de la Defensoría del Pueblo (2027) y amplios reportajes de medios de comunicación e informes de organizaciones no gubernamentales. En el 2018 se planteó un Plan de Acción Conjunto que fue publicado mediante Decreto Supremo N° 008-2018-MIMP de agosto del 2018. No estamos hablando de un tema nuevo y lo alarmante es que los casos siguen en aumento sin que se modifique nada. La impunidad continúa y plantear una nueva investigación es como esos procesos “renegación”, que en psicoanálisis consiste en un saber que subsiste, pero sus consecuencias son desmentidas, en este caso tildarlas de prácticas culturales y además desconocer toda la historia que permitiría avanzar y no recocer lo que ya sabemos.

Nos preocupa la indiferencia, así como la banalidad de las posturas frente a problemas tan graves como la violencia sexual contra niños y niñas.

Nos preocupa que el Estado en este caso, no tome en cuenta los principios del interés superior del niño, Convención que el Perú ha firmado y debe cumplir. Desde nuestra práctica psicoanalítica no se tome en cuenta la grave afectación al psiquismo, que señaló Ferenczi (1932)1 en donde aquello que el niño interpreta como ternura de un adulto hacia él, resulta ser un abuso y violencia sexual que daña su mente y sus afectos, al no poder interpretar y entender la naturaleza de este acercamiento como tal, y que más adelante será resignificado en la adultez.

Nos preocupa la indiferencia, así como la banalidad de las posturas frente a problemas tan graves como la violencia sexual contra niños y niñas. Se requiere por ello que haya una respuesta firme y clara, que las acciones y recomendaciones que se han señalado previamente se ejecuten, que no más perpetradores transiten las aulas con total impunidad en las escuelas de Condorcanqui, que el acceso a la justicia y recuperación emocional con un enfoque intercultural sean accesibles y se recupere la confianza en el Estado en su rol señalado en el artículo 1 de nuestra Constitución: “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”.

Escrito por Carmen Wurst Calle, psicóloga – psicoterapeuta psicoanalítica. Ex asesora de la Comisión Investigadora de abusos sexuales contra menores en organizaciones – Congreso de la República del Perú – 2019. Fotografía: REPAM PERÚ. 18 de junio de 2024.

1 “Confusión de lengua entre los adultos y el niño. El lenguaje de la ternura y de la pasión”.

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